¡Calienta, que sales!
La caida de María José en casa me ha recordado que debo estar preparado y dispuesto para ayudar a superar los muchos inconvenientes que ha acarreado la misma. Debo reconocer que me hace mucha ilusión poder ayudar ahora a quien cada día que pasa quiero más. Las dificultades no son un problema, son un estímulo que me recuerda que sigo siendo útil.