Primera consulta

Llegamos al Hospital y a medida que nos acercábamos a la consulta para la que había sido citado,  mi mano izquierda me recordaba el motivo por el que estábamos allí.
Recuerdo que no hablaba, solo pensaba y recorría con mi vista la repleta sala de espera, mientras, de pie, junto a la puerta de la consulta, esperábamos para entregar la citación. Me sentía incómodo allí, tenía la sensación de que la gente me miraba. Estaba deseando poder entregar la citación y encontrar un asiento donde ponerme a cubierto hasta ser atendido.
Finalmente se confirmó la sospecha, padezco el mal de parkinson.



Aquí estoy, viendo luz.


Amanecer en el Paseo Alto de Cáceres. 

Mar de tréboles
Ermita de los Santos Mártires
 


Comentarios

  1. Es una enfermedad que tiene además ese componente social, uno no puede evitar el pensamiento de que te observan con curiosidad, con compasión...
    Pero la lucha contra el parkinson también es la visibilidad, un enfermo existe, no se hace invisible porque no es sólo un cuerpo sino un alma entre muchas almas.
    Aquellos momentos nadie te los arrebata de la mente pero sé que los has dejado atrás.

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