Paseando con mi sombra

Cuando adoptamos a Erik, un perro abandonado a su suerte que se coló en nuestras vidas por casualidad, no podía imaginarme que además de una mascota estábamos adoptando a mi entrenador personal.
Erik y yo nos dispensamos gratitud mutua. Yo, por mi parte , le debo decenas y decenas de kilómetros de paseo y decenas y decenas de horas de compañía. A Erik debo, en definitiva, una parte muy importante de mi bienestar.
No llego a entender que se abandonen perros pues quien comete esa indigna acción se pierde los miles de momentos de cariño que éste le reservaba. Quizá no los merecían.


Paseando con mi sombra. Colección FOT-ON 


Paseando con mi sombra es una de mis fotografías preferidas.






































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